La tarde del diecinueve de enero, como paso previo al día de San Sebastián, el circo de la familia Parada acampó delante de la ermita para hacer pasar a los asistentes un par de horas de risas, entretenimiento, asombros y hasta miedos.
A las siete de la tarde daba comienzo la función, que registró un lleno prácticamente absoluto, y que hizo las delicias de mayores y pequeños. Malabaristas en cilindros, números de magia, equilibrios en el aire, perros amaestrados y la actuación del payaso Carasucia llenaron la carpa de iusión, sonrisa y espectáculo.
A las siete de la tarde daba comienzo la función, que registró un lleno prácticamente absoluto, y que hizo las delicias de mayores y pequeños. Malabaristas en cilindros, números de magia, equilibrios en el aire, perros amaestrados y la actuación del payaso Carasucia llenaron la carpa de iusión, sonrisa y espectáculo.